A falta de una sección de parecidos razonables, me he animado a traer a esta sección esta comparación entre la caracterización de Anne Hathaway en Los Miserables y la de Maria Falconetti en La Pasión de JUana de Arco. En estos tiempos en que la memoria cinematográfica de los directores más comerciales apenas llega más allá de las películas de los años ochenta, me parece bastante insólito que alguien se acuerde del viejo abuelo Dreyer...
¿Dreyer en el imaginario de un director actual? Eso si que es insólito...
- gatatitania
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- batallans
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Re: ¿Dreyer en el imaginario de un director actual? Eso si que es insólito...
Vaya ojo que tienes.
A Carlos Reygadas le sale Dreyer hasta por las orejas, vale que no es cine comercial al uso, pero en los ambientes festivaleros hay Dreyers hasta la saciedad...
A Carlos Reygadas le sale Dreyer hasta por las orejas, vale que no es cine comercial al uso, pero en los ambientes festivaleros hay Dreyers hasta la saciedad...
- Monsieur Lange
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Re: ¿Dreyer en el imaginario de un director actual? Eso si que es insólito...
¡Dreyer...? ¿Quién era Dreyer?
¿Falconetti...? ¿Ese era el malo de "Hombre rico Hombre pobre"...? ¡Osease, Nicnolte!
¡Que joderse con estos chavales, la guerra que dan....
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Max Aub: La gallina ciega
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Re: ¿Dreyer en el imaginario de un director actual? Eso si que es insólito...
Lo que estaría por jurar, conociendo el estilo del director (desde luego nada dreyeriano), es que eso será lo único que evoque a Dreyer en toda la función. Seguro.
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- gatatitania
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Re: ¿Dreyer en el imaginario de un director actual? Eso si que es insólito...
Y no te falta razón. No es una película dreyeriana. Yo me refería a que en estos tiempos en que el cine comercial (en líneas generales, por supuesto: siempre hay excpeciones y algunas muy notables) tiene que ver más con el marketing que con la creación, ver un homenaje a Dreyer en una película con vocación taquillera me parece insólito.chuschao escribió:Lo que estaría por jurar, conociendo el estilo del director (desde luego nada dreyeriano), es que eso será lo único que evoque a Dreyer en toda la función. Seguro.
Intuyo que la referencia a Dreyer tiene que ver, más bien, con dos cosas: el hecho de que la imagen de la Falconetti en Juana de Arco es un icono cinematográfico, y que dicho icono representa el sufrimiento y el dolor. Y eso sí está en la película de Hooper.
La referencia a Juana de Arco también tiene que ver con que Hooper ha hecho una elección arriesgada. Los mejores personajes de la novela de Hugo, sin duda, son los perdedores. Esto lo entendieron bien Schomberg y Bourbil al componer el musical, y Hooper lo lleva al exceso en la película. Hay en el film una exaltación del sufrimiento y de la pérdida que Hooper ha decidido plasmar recurriendo a una estética que lo emparenta de algún modo -siquiera lejano- con el cine mudo: cámaras en primerísimos planos, que a veces se salen de la pantalla y obligan a situar los subtítulos en un lateral, que amplifican el sufrimiento de los personajes. Es una opción arriesgada, que a más de un crítico no le ha gustado, pero que a mi me ha parecido fascinante y con algunos resultados magistrales, como es el caso de Anne Hathaway. Esta elección por resaltar la pérdida, la derrota, le lleva a potenciar a aquellos personajes que más pierden y a minimizar al resto. Ganan Fantine, la mujer que pierde su trabajo, su dignidad y su familia, y con ellos la vida (¿suena actual, no?); Valjean, el fugitivo que va cambiando de vida y personalidad cada tantos años, dejándose jirones de la piel en cada mutación; Eponine, la hija de los truhanes que no pierde porque nunca llega a tener el amor de Marius; los jóvenes estudiantes pequeño burgueses que se lanzan a la revolución, el pueblo no les sigue, y salvan el honor pero pierden la vida; Javert, el policía que decide quitarse la vida porque ha perdido su fe; incluso el propio Marius, que aunque salva la vida y acaba casándose con Cosette, pierde a sus amigos e incluso, se intuye, sus ideales. Todos estos personajes -todos estos actores- van a tener la oportunidad de mostrar su dolor en grandes macroprimeros planos, oportunidad que casi todos aprovechan (excepto, en mi opinión, Russel Crowe que está especialmente cara-palo, aunque alguien podría decir que es el único sensato que opta por introducir algo de sobriedad en el asunto; más como se trata de un melodrama ). Por el contrario, a Hooper le interesan bastante menos los personajes que no tiene nada que perder: los pícaros Thenardier, a lso que no termina de sacar partido y la cursi Cosette, cuyo papel -protagonista en la novela de Hugo- adquiere naturaleza secundaria (aunque la Seyfield deja huella porque tiene una voz bellísima: quizás, de todos, la mejor cantante).
En fin: que em he enrrollado. Sólo quería reflexionar sobre qué queda de Dreyer en Los Miserables y al final creo que se me ha notado que me fascinó la película. Esto tiene mucho que ver con que me atrajo el musical desde un primer momento. Antes de que se estrenara la versión inglesa ya me sabía casi de memoria el disco francés, porque disfruté sobre manera con la primera comedia musical -casi ópera rock- de Schomberg y Bourbil: La revolución francesa. Creo que, a quienes no les guste el musical Los Miserables (por cierto, que realmente no sé cómo denimarlo: no es ópera rock, no es comedia musical; casi lo más correcto sería melodrama musical, aunque sea etimológicamente reiterativo, o musical a secas) no les va a gustar la película. Leí una crítica de Mirito Torreiro en Fotogramas en la que decía que le parecía un disparate convertir la novela de Hugo en un musical. Por supuesto, la película no le gustó. En otra crítica arremetían contra las elipsis cronológicas del film. También están en el musical, que depura los centenares de páginas que Hugo -en buena ley de folletín romántico- le dedica a los lánguidas miradas amorosas cruzadas entre Marius y Cosette por los parques de París, o al nuevo aprendizaje vital de Valjean como jardinero en un convento. En fin: apta para los amantes del musical Los MIserables.
Por Dios, Lange: me acabas de recordar al más pérfido de todos los villanos de mi infancia. El tuerto Falconetti, que primero le rompe la rodilla de un martillazo a Nick Nolte (aún recuerdo el sonido de rotura de huesos que acompañaba al golpe) y luego me lo mata. Yo le odiaba a muerte. Porque, por supuesto, Nolte era mi favorito de los dos hermanos. Y además, porque tenía una especie de novieta que era clavadita a Kay Lenz, por lo cual estaba completamente enganchado a la serie...Monsieur Lange escribió:¡Dreyer...? ¿Quién era Dreyer?
¿Falconetti...? ¿Ese era el malo de "Hombre rico Hombre pobre"...?