¿Sabíais que...?

[Eddie Constanti]

Me he permitido iniciar este apartado que os ofrecerá datos curiosos, anécdotas y simples chismes sobre el mundo del silente. Todo aquel que quiera colaborar, que nos traiga sus aportaciones.

Para empezar, seguro que habréis visto más de una vez al actor Creighton Hale (ahora mismo, en el ciclo dedicado a Max Davidson, lo tenemos en "Why girls say no"). Resulta que Hale era muy corto de vista y durante un tiempo corrió un corto porno que se dijo que él había interpretado. El actor del porno, muy parecido a Creighton y con gafas, se las veía nada menos que... ¡con una cabra! He visto el citado corto y debo decir, como más tarde se hizo público, que el señor de la cabra no era Hale.

[Guiller3]

Una idea muy atrayente, Eddie, y ¡quién mejor que tú para hablar de historias del cine silente!... Ya veremos que se nos ocurre para aportar a tus anécdotas.

[carnicerito]

Aunque es bastante conocida la historia del récord que supuso Bosquejo cinematográfico (Arturo Carballo, 1918), reproduzco aquí el texto con el que se abre la peliculita...

Una interesantísima discusión sobre la importancia y progresos de la cinematografía, dio motivo a la concepción del Bosquejo cinematográfico que va a aparecer en pantalla.
A la una de la madrugada del día 26 de marzo de 1918, reunidos en el saloncillo del Teatro Poliorama, varios amantes de la producción nacional cinematográfica, discutiendo sobre la rapidez con que puede impresionarse una cinta, nació la idea de probar en cuánto tiempo, lo más breve posible, podría producirse un esbozo de un asunto cinematográfico y de interés mundial.
Mientras el iniciador de la idea pensaba el asunto, se dieron las órdenes oportunas sembrando la alarma en los tranquilos domicilios del operador, peluquero, atrecista y sastre que a los diez minutos estaban dispuestos para llevar a cabo su cometido. Encontrar galería fue cosa de un minuto. Artistas para la impresión de la película se dio en seguida con ellos, de los mismos del teatro donde nacía y se desarrollaba la idea.
Contando ya con todos los elementos, faltaba el principal que era el asunto a desarrollar y el iniciador tuvo la feliz idea de que por estar en plena Semana Santa nada más apropiado que impresionar unas escenas de la vida de Jesús a su paso por la tierra.
A los pocos segundos se habían trasladado todos a la galería, donde con rapidez sistemática empezaron los preparativos.
Vestidos los artistas y puesto el salón en condiciones de luz artificial a una señal del director dio principio a la obra cuando el reloj marcaba las dos de la madrugada.
A las tres, estaba completamente terminada la pequeña cinta que va a aparecer en la pantalla.
Mientras se servía a los artistas un pequeño lunch, el operador encerrado en el laboratorio, daba vida a la presente obra tan rápidamente pensada y ejecutada.
A las cuatro en punto, aparecía en el lienzo lo que tres horas antes no existía ni aún en la imaginación de los allí reunidos. Ya estaban convencidos los iniciadores del presente proyecto de que no saldría a la perfección lo tan rápidamente proyectado, como así resultó. A pesar de salir perfectamente el negativo, cuando se tiró el positivo estaba pasado de pose a causa de la mucha potencia de luz y que al virarlo fue preciso teñirlo por falta material de tiempo en preparar las drogas, pequeños defectos éstos fáciles de corregir cuando se trata de presentar una obra cinematográfica a la sanción de los públicos y no este pequeño ensayo, producto sólo de una polémica de reunión, pero que viene a demostrar lo que puede dar de sí la férrea voluntad del hombre al amparo de la cinematografía.

https://www.europeana.eu/mt/item/08625/FILM00055774c_0

[Prudencio]

Para empezar, seguro que habréis visto más de una vez al actor Creighton Hale (ahora mismo, en el ciclo dedicado a Max Davidson, lo tenemos en "Why girls say no). Resulta que Hale era muy corto de vista y durante un tiempo corrió un corto porno que se dijo que él había interpretado. El actor del porno, muy parecido a Creighton y con gafas, se las veía nada menos que... ¡con una cabra! He visto el citado corto y debo decir, como más tarde se hizo público, que el señor de la cabra no era Hale.

¿Qué tal un futuro ciclo de porno silente?
(Es broma)

[Angeluco]

Es una muy buena idea.Veré que voy sacando por ahi de los libros que voy leyendo.

[Eddie Constanti]

Para empezar, seguro que habréis visto más de una vez al actor Creighton Hale (ahora mismo, en el ciclo dedicado a Max Davidson, lo tenemos en "Why girls say no). Resulta que Hale era muy corto de vista y durante un tiempo corrió un corto porno que se dijo que él había interpretado. El actor del porno, muy parecido a Creighton y con gafas, se las veía nada menos que... ¡con una cabra! He visto el citado corto y debo decir, como más tarde se hizo público, que el señor de la cabra no era Hale.

¿Qué tal un futuro ciclo de porno silente?
(Es broma)

Haberlo haylo y en abundancia. Pero aquí no está permitido...

[Eddie Constanti]

A Harold Llloyd le faltaba un dedo de la mano. En uno de sus cortos se produjo una explosión que pudo costarle la vida. Por fortuna, sólo se le tuvo que amputar un dedo y se le fabricó una prótesis, por lo que a menudo se le veía con guantes.

[Eddie Constanti]

Jeff Chandler tenía el pelo blanco desde muy joven. Por tanto, no se trataba de un envejecimiento prematuro.

[Eddie Constanti]

De esta anécdota hay varias versiones. A John Barrymore le gustaba el whisky más que respirar. En una fiesta de sociedad, por lo mucho que había bebido le asaltaron unas terribles ganas de orinar. Como el servicio quedaba lejos, usó un jarrón para vaciar la vejiga. Estaba en ello cuando entró una encopetada señora y al verlo exclamó: "¿Se da usted cuenta de lo que está haciendo?", a lo que Barrymore respondió: "Tengo una ligera idea, milady. ¿Y usted advierte lo maravillosamente que funciona mi próstata?".

[Eddie Constanti]

Norma Shearer, la estrábica más famosa del cine (dejando de lado a Ben Turpin), se cuidó mucho de evitar ese defecto en sus películas y controlaba en persona los primeros planos de su rostro, para que no se notase. Años más tarde, Virginia Mayo no tenía ningún reparo en mostrar su estrabismo en la pantalla.