Danyyyy escribió: ↑31 May 2022 13:20
O'Hara escribió: ↑31 May 2022 13:05
Ya después, una vez empiezas a bucear en internet con asiduidad y descubres los foros de descarga directa, vas completando, vas peinando regiones y épocas, hasta acabar por verlo prácticamente todo. De Japón, concretamente, llegas de este modo a Masumura, Shinoda, Oshima, Kinoshita…, que en DVD apenas habían estado disponibles. E incluso descubres nombres como Gosho, Teshigahara, Furuhata, Fukasaku, Suzuki, Uchida, Kumai… En fin, podríamos citar a decenas de autores. Siempre, claro, quedan cosas por descubrir (esa película que recomendó ayer Danyyyy, por ejemplo), pero cada vez menos, seamos sinceros. Salvo que pretenda uno verse hasta el último film mudo del año 17 o los pinitos de tal director en la escuela de cine en que se formó, que no es mi caso, porque viviría pegado a la pantalla. Si pagaran por ello, ya sería otro cantar.
Mi experiencia es otra, creo que en cine cuanto uno más ve no lo quedan menos puertas por cerrar, sino que a cada una que cierra abre varias más. No me haría falta ni trasladarlo a Japón, mismamente con el cine español me sigo aún sorprendiendo.
Hombre, si quieres verlo todo, todo, necesitarás muchos años, y mucho tiempo para ello en esos años. Por eso bromeé con cobrar. En mi caso no es posible ver, por ejemplo, dos o tres películas diarias de media (últimamente no llego ni a una cada dos días), de modo que tengo que priorizar. Priorizar por intuición, interés, información previa, etc. Pero priorizar también el volver a títulos ya vistos con anterioridad, a esas películas “amadas” que empiezan a alejarse de tu vida a medida que te centras en descubrir otras nuevas, la mayoría de las cuales sabes que no van a dejarte huella. Y, por supuesto, priorizar también otras actividades.
Lo que sí me aventuraría a decir (siempre pudiendo equivocarme, es más: ojalá que equivocándome) es que, para quienes han procurado acceder a lo que era inaccesible antes de internet, quedan cada vez menos “grandes” películas por descubrir. Que, después de años peinando épocas y países, el margen se ha estrechado demasiado. Que es muy, muy, muy difícil (no digo que imposible) que hayan quedado completamente olvidadas, fuera de todos los circuitos, un número considerable de “obras maestras” que, a estas alturas, puedan deslumbrar día tras día a quien se adentró por todos los caminos, de este a oeste, de norte a sur. En teoría, estas joyas desconocidas podrán concentrarse en las filmografías más ignotas. Fuera de ellas, no podrá tratarse más que de casos puntuales.
Otra cosa es que el afán completista lleve a muchos estudiosos del cine a verse todo el cine de “marionetas” de 1912 o las obras por encargo de este o aquel director antes de despegar en sus carreras. Personalmente, ésos son territorios que (salvo “accidente”) descarto. Pero es sólo una decisión personal, no un dogma.