Filmaffinity sigue reproduciendo un error muy común en la web. No es Lichtspiel opus I, sino Luftspiel opus I. Una primitiva lectura errónea de los tipos ha causado este fallo, enquistado a lo largo del tiempo. IMDB, por su parte,simplifica y no se calienta la cabeza. Opus I. Un servidor tiene criterios propios, espero sean compartidos fácilmente, a la vista de los primeros fotogramas.
Por otra parte , la carátula empleada en esta publicación es una reproducción de la tarjeta de invitación a la première de Opus I, diseñada por el propio Ruttmann.
DURACIÓN: 11', 43''
PAÍS: Alemania
DIRECTOR: Walther Ruttmann
GUIÓN: Walther Ruttmann
GÉNERO: Experimental. Abstracto.
[quote="Sergio B Huidobro"]
La figura de Ruttmann durante la gestación de Opus, hay que apuntar, tiene más lazos con la del artista individual, encapsulado en su estudio, que con la del productor, patrón habilísimo del trabajo en equipo. Su cine, acaso el único hecho sincámaras, hace oídos sordos del naciente debate sobre el lenguaje fílmico, el montaje o la nueva dramaturgia.
Ruttmann emprende, en solitario, un camino que emparenta al cine no con la narrativa ni con lo fotográfico sino con la teoría musical, por un lado, y con el dadaísmo, por el otro. Aunque injusto sería afirmar, pensándolo bien, que estuvo solo. Otros tantos emprendieron trabajos semejantes o emparentados: Hans Richter, Francis Picabia, Fernand Léger, Victor Eggeling...
... Así, mientras el cine documental partía de lo periodístico y la ficción anclaba amarres con la narrativa escrita, Opus nace de la nada y a la nada llega: formas amorfas, valga la expresión, negros, ritmos, líneas y color (acaso el primer sistema de coloreado de celuloide esté aquí). Pero no hay nada que tenga puentes con lo arquetípicamente fílmico, ni a niveles estéticos ni estructurales. Uno queda ante evidencia de que acaso el cine no sea lo que se ve, ni cómo se ve, sino el acto mismo de ver.
Le pilló la Gran Guerra haciendo el servicio militar, en 1913, en el momento en el que estaba empezando a despuntar como pintor. Gracias a sus cualides, pronto fué nombrado teniente de artillería, y en 1914 era el oficial responsable de proteger a las tropas del gas enemigo en el frente este.
Herido, tras abandonar el sanatorio en 1917, vuelve a casa y a la pintura abstracta, imbuído, tras los desastres vividos, de un espíritu pacifista.
Decidido a mezclar la pintura y el movimiento, crea en 1919 su propia sociedad cinematográfica, cuya primera producción es esta que hoy os presento, realizada en un banco de trabajo construído por él mismo. Y el resto de la cuatrilogía. Después vinieron los anuncios. El pionero de la publicidad en las películas, el productor Julius Pinschewer se fijó rápidamente en Ruttmann, produciendo unos diez cortos, que eran exhibidos en salas de cine. Un ejemplo es Der Sieger.
Luego, su obra maestra, modelo de montaje y de ritmo, Berlín, sinfonía de una ciudad. Después, los experimentos sonoros, como Wochenende.
Pero un viaje a Rusia, a finales de la década, puso fin a su etapa de libertad creativa, haciendo volver a su pensamiento elementos muy conservadores. Después de un breve paso por la narrativa, con Acciaio (1933), se inicia una segunda etapa en su obra, donde se olvida de la abstracción y camina, paulatinamente y hasta el día de su muerte, hacia el realismo más propagandístico .
En 1933, el Partido Nacionalsocialista gobierna en Alemania, y mientras Fischinger es declarado enemigo del país, Ruttmaann ingresa rápidamente en el grupo de intelectuales afines al régimen. El triunfo de la voluntad (1935) u Olimpiada (1936) son muestras bien conocidas de su nueva forma de hacer cine. Caminando ya hacia sus últimos años de vida, realizó documentales, como Mannesmann (1937), sobre la industria metalúrgica, y Deutsche Panzer (1940), que se centra en ensalzar la caballería pesada del III Reich.
Un desconocido soldado ruso tuvo el honor de herir de muerte en una pierna a Ruttmann, que estaba filmando en el frente de batalla, en Smolensk. Murió poco después al no poder soportar el proceso de amputación, en junio de 1941, a lo 53 años de edad. El mundo entero perdió a uno de sus mayores visionarios. Y sinceramente, me parece tremendamente injusto -teniendo en cuenta lo grandioso de su obra- el olvido, fruto quizás del menosprecio por parte de los vencedores, en el que ha estado prácticamente sumido hasta que Internet lo rescató. Fijaos la trascendencia que tiene que sigamos descubriendo y compartiendo. Saludos y a por ella.
Y finalmente, agradecer una vez más la inestimable colaboración del compañero V, como a él le gusta que le llamen, quien me pasó oportunamente los vídeos para posibilitar que los usuarios de CFC disfruten hoy del mejor ripeo existente en la red de esta irrepetible cuatrilogía.