.
Pese a sus limitaciones. me ha sorprendido muy gratamente este "western" de serie B.
Podríamos considerarlo como un “film de iniciación”, en el que el inexperto “ranger” que interpreta Murphie se verá influenciado por dos personajes aparentemente opuestos.
Por un lado está el veterano sargento Hennessey, el cual, aparte de enseñale a disparar, le informará sobre que la peculiar personalidad del hombre al que buscan. Lo conoce bien pues, al parecer, fue un antiguo compañero de correrías (es una pena que no se profundice más en este personaje y en su relación con el forajido).
Por otro lado, está Jim Flood, el peculiar “villano”. Jugador, mujeriego, acostumbrado a obtener siempre lo que quiere, se califica a sí mismo como un “hombre libre”, aunque ello le conduzca a situarse al margen de la ley.
Es curioso cómo cae bien a todo el mundo (menos, lógicamente, a aquellos con los que se enfrenta). Y esto incluye también al espectador. Es significativo que, tras la violenta escena inicial, lo veamos charlar apaciblemente sobre pesca con un niño a la orilla de un río. Hennessey lo define como una especie de Peter Pan, “alguien que no ha querido crecer”.
Este ambiguo personaje, magníficamente interpretado por Barry Sullivan, es, sin duda, lo más logrado de la película.
El guión tiene una estructura itinerante, con un recorrido de ida y otro de vuelta. Este último, con Flood ya capturado, se convierte en algo parecido al juego del gato y el ratón. Abundan en él los encuentros peligrosos (indios, cazarrecompensas, viejos enemigos del prisionero,…). Cada una de estas incidencias supone un peldaño más en el conocimiento entre ambos hombres y en su mutuo aprecio (pese a que el forajido no oculte sus deseos de huir y haga todo lo posible para lograrlo).
Al final, Flood querrá que el protagonista le acompañe, pero éste comprobará las consecuencias de la “libertad”, tal como la entiende el otro y ello conducirá al esperado (y no por ello menos lírico) desenlace.
La película, en general, está narrada con brío. Destacan las escenas rodadas en exteriores, con un buen aprovechamiento del paisaje.
No obstante, en algunos momentos (afortunadamente, no muchos), la realización se vuelve algo más plana. Esto puede deberse a los problemas que surgieron durante el rodaje. Al parecer, éste fue comenzado por George Sherman, pero tras una discusión con Murphie, fue sustituido por Harry Keller.
Estoy casi convencido de que con un director con más personalidad, algunos retoques en el guión y un protagonista más expresivo (y joven) que Murphie, estaríamos hablando de una obra mayor del género.
En cualquier caso, me parece una película sumamente interesante que merece ser conocida.
Muchas gracias,
sgtabbeyroad y
mamolon.