CICLO “TESOROS PATHÉ-GAUMONT” (28)
LA CITÉ FOUDROYÉE
Título original: La cité foudroyée
Director: Luitz-Morat
Reparto: Daniel Mendaille, Jane Maguenat, Armand Morins, Alexis Ghasne, Lucien Cazalis, Paul Journée, Simone Judic, Émilien Richard
Guion: Jean-Louis Bouquet
Fotografía: Frank Daniau-Johnston
Año: 1924
País: Francia
Duración: 70 min.
Producción: Films de France
Género: Ciencia-ficción
Argumento: Richard Gallée, un joven científico, ha creado una invención que revolucionaría el uso y la aplicación de la electricidad. Sin embargo su invento es despreciado por la industria y nadie quiere aportar fondos para desarrollarlo. Al mismo tiempo, su prima debe escoger entre cuatro aspirantes a su mano, entre los cuales se encuentra Richard.
Datos Técnicos:
La cité foudroyée 1924.mp4 [353.87 Mb]
Subtítulos en español de Eddie Constanti:
https://www.subdivx.com/X6XNTgxMTkxX-la ... -1924.html
Comentario de Eddie Constanti:
Curioso experimento cinematográfico que comienza con un relato romántico, sigue con una trama de misterio, entra de lleno en el género de la ciencia-ficción y termina con una sorpresa que aquí no vamos a desvelar, por supuesto. Con unos inicios algo titubeantes, luego cobra fuerza y alcanza momentos realmente apocalípticos, con escenas espectaculares, movimiento de masas y tintes imprevisibles.
Dirigió el productor un Luitz-Morat poco divulgado, pero que aquí demuestra buenos mimbres. La primera escena nos muestra la confesión de Gallée, afirmando que es el mayor criminal de todos los tiempos, ya que ha destruido una de las ciudades más importantes del mundo (París). Por tanto, con este punto tan prometedor, el interés prende inmediatamente en el espectador. Las imágenes de un París aterrorizado están bien realizadas y todo queda a expensas de ese final sorpresa que ya hemos citado más arriba.
Daniel Mandaille es un protagonista sobrio y convincente. Añadamos que Luitz-Morat utilizó escenas de incendios reales y diversas maquetas, entre ellas la de la torre Eiffel. El guión no hay duda que escapa a la media de las producciones de esa época y, en definitiva, son setenta minutos bien aprovechados.