Cavalleria Rusticana
Desde sus primeras representaciones a finales del s. XIX, ha formado tandem junto con I Pagliacci como ejemplo paradigmático del verismo italiano. Es frecuente encontrar autores conocidos por una sola obra, lo que no es tan frecuente es que esa obra sea la primera de su carrera como es el caso de Mascagni que, con ésta, ganó un concurso de óperas en un acto organizado por una importante editorial de Milán. Su estreno la noche del 17 de junio de 1890 en el Teatro Costanzi de Roma fue un triunfo absoluto, el autor tenía 26 años y aunque luego compuso varias obras interesantes - L’amico Fritz es una ópera muy bonita- ya nunca volvió a lograr el impacto de aquella.
Con los primeros interpretes de Caballería Rusticana en Livorno.
De izquierda a derecha: Roberto Stagno, Leopoldo Mugnone, Pietro Mascagni y Gemma Bellincioni (August 1890)
La historia, naturalista, exalta las vivencias de unos personajes alejados de los grandes héroes de la época anterior. La acción se concentra en unas pocas horas, la atmósfera esta cargada de pasión con las emociones de unos personajes corrientes envueltos en sus historias de celos e infidelidades, que no son buenos ni malos sino que tan solo viven su propia evolución y se ven arrastrados por los acontecimientos de ese círculo trágico que no puede terminar sino en asesinato pasional.
Los hechos se desarrollan en la mañana de Pascua. En una aldea siciliana, el antiguo amante de Santuzza, Turiddu, está enamorado de Lola, esposa de Alfio. Santuzza busca vengarse contándole a Alfio la infidelidad de Lola. Así herido en su orgullo, Alfio mata a Turiddu en una pelea.
Dos escenas unidas por un Intermezzo orquestal en las que el presentimiento de la muerte se hace presente. Quizás no pueda decirse que la partitura sea genial en todos los puntos, pero siempre conmueve el Intermezzo y no es menos emotiva la despedida de Turiddu: Mamma, quel vino è generoso.
Santuzza, joven de una aldea siciliana (soprano)
Turiddu, joven de la misma aldea (tenor)
Lucia, madre de Turiddu (contralto)
Alfio, cochero (barítono)
Lola, esposa de Alfio (mezzosoprano)
Turiddu, joven de la misma aldea (tenor)
Lucia, madre de Turiddu (contralto)
Alfio, cochero (barítono)
Lola, esposa de Alfio (mezzosoprano)
La alegría con que se abre el Preludio en los primeros compases, pronto se entremezcla con las notas que avisan del drama que se va a desarrollar. Fuera de escena se oye la preciosa siciliana Oh, Lola, c'hai di latti la camisa... (Oh Lola, cuya camisa es blanca como la leche) que canta Turiddu. Y esta canción de amor incluida en una escena rompe la forma usual de la obertura y nos pone en situación del conflicto.
Se levanta el telón y estamos ante una plaza, con una iglesia a un lado y, al otro, una taberna en la que trabaja Mamma Lucía. La gente va llegando para entrar en la iglesia. Algunas de las melodías que cantan pertenecen al folclore siciliano. Llega Santuzza que pregunta a Lucía por su hijo. Ésta, tras algunas reticencias, responde que ha marchado a buscar vino, pero Santuzza, atormentada por los celos, no la cree y teme que Turiddu se encuentre en casa de Lola.
La llegada de Alfio, rompe aparentemente la tensión pero su conversación con Lucía confirma que Turiddu no ha marchado a comprar vino sino que estaba cerca de la casa de Alfio. Unos acordes solemnes llaman a la iglesia. A la algarabía de la plaza se suma el sonido del órgano. Santuzza se queda atrás confesando a Lucía en una espléndida aria la preocupación que siente: Voi lo sapete, oh Mamma. Turiddu la ha abandonado por Lola, antigua amante de éste que al volver del servicio militar la encontró casada con Alfio por lo que recurrió a Santuzza.
Aparece Turiddu, visiblemente enfadado al encontrar allí a Santuzza, un dúo lleno de tensión y palabras hirientes. La llegada de Lola es el punto culminante. Se hace obvia la ruptura de Turiddu y Santuzza que suplica en vano y el gesto de triunfo de Lola. Turiddu ofendido y enfadado por los celos y la insistencia de Santuzza entra en la iglesia tras Lola. Santuzza le maldice, enfurecida.
En ese inoportuno momento llega Alfio, y evidentemente Santuzza vuelca toda su amargura al oído del hasta ahora despreocupado marido, lo que le coloca en la difícil situación de tener que vengarse. Tarde se arrepiente ella de sus palabras.
La transición al segundo cuadro es el famoso y bellísimo Intermezzo para cuerdas. La gente sale de la iglesia y Turiddu ofrece a Alfio un vaso de vino que éste rechaza bruscamente. Todos saben que eso significa un duelo a muerte. Llega otro gran momento de la ópera, cuando Turiddu se hace consciente de todo y de despide de su madre, que no sabe nada, pidiéndole que cuide de Santuzza. Antes de que Lucía comprenda lo que ocurre, Turiddu sale corriendo. Tras unos instantes se oyen los gritos de una mujer: Hanno ammazzato compare Turiddu ...(Han matado al compadre Turiddu) mientras los acordes de la orquesta ponen punto final a la ópera.
LIBRETO