Magistral comedia romántica en la que una joven dependienta mantiene un romance anónimo por correspondencia con un hombre que resulta ser el jefe de personal de la tienda, con quien se lleva terriblemente mal. En 1998 Tom Hanks y Meg Ryan protagonizaron un moderno remake -la correspondencia epistolar fue sustituida por Internet- en "Tienes un e-mail" (You've Got Mail). (FILMAFFINITY)
"Parece sencillo, pero sólo si lo hace Lubitsch. (...) un tierno juego de enredos (...)Un aluvión de frescura y vitalidad. (...) una película imprescindible." (Miguel Ángel Palomo: Diario El País)
"Hay quien ha venido al mundo para enamorarse de una sola mujer y, consecuentemente, no es probable que tropiece con ella". José Ortega y Gasset. Filósofo español.
---
La tienda de la esquina
Gran comedia romántica, realizada por Ernest Lubitsch (1892-1947), que consigue filmar como premio de la MGM por el éxito de “Ninotchka” (1939). El guión, de Samson Raphaelson, colaborador habitual del realizador en estos años, adapta la comedia “Parfumerie” (1937), del dramaturgo húngaro Nikolaus Laszlo. Se rueda en platós de MGM Studios (Culver City, CA). Producido por Lubitsch para la MGM, se estrena el 12-I-1940 (EEUU).
La acción dramática tiene lugar en Budapest en 1937/38, durante las fiestas de Navidad. El encargado de una tienda de objetos de regalo, Alfred Kralik (Stewart), no simpatiza con la nueva dependienta, Klara Novak (Sullavan), contratada contra su opinión por Hugo Matuschek (Morgan). Alfred es el empleado más antiguo de la casa, donde trabaja desde hace 9 años. Es tímido, honrado, sincero, respetuoso, puntilloso en el trabajo y poco diplomático. Sus opiniones suelen chocar con las del Sr. Matuschek, que le aprecia y respeta. Klara es una muchacha joven, moderna, decidida y desenvuelta. Matuschek, el propietario, es autoritario y poco resolutivo. Le gusta intimidar a los empleados. El botones, Pepi Katona (Tracy), es ambicioso y algo vanidoso. El dependiente Ferencz Vadas (Schildkraut) es presumido y adulador. El otro dependiente, Pirovitch (Bressart), es callado, trabajador y amigo de Alfred.
El film suma comedia, romance y drama. Es una de las obras más populares del autor.
La acción gira en torno a dos personajes principales, Alfred y Klara. Las relaciones entre ambos dan lugar a discusiones y desavenencias continuas, que el paso del tiempo no consigue atenuar. Su desarrollo entra dentro de lo que es una lucha de sexos entre un hombre experto, competente, pero vulnerable, y una mujer novata, que exhibe agudeza, modernidad, conocimiento de la psicología de las personas e ideas nuevas. Entre los recursos de humor se cuentan, además, enredos, confusiones, malentendidos, opiniones contradictorias, iniciativas descabelladas, manías, sorpresas, extravagancias, rarezas, etc. El film es menos mordaz y cáustico de lo habitual. Consigue un excelente resultado con el juego que se establece entre la dulzura y el encanto del relato y la tristeza que se desprende de lances e incidencias de la subtrama. Con sutileza y sentido de la oportunidad, mezcla alegrías, expectativas esperanzadas y vivencias gozosas, con adulterios, rupturas de parejas, tentativas de suicidio, soledades, etc.
La acción se sitúa en un universo de personas sencillas y populares, a diferencia de lo que curre en la mayoría de los trabajos del realizador, dominados en general por la presencia de la alta sociedad, sus costumbres y sus prejuicios. La obra suma, equilibradamente, sentimientos, emociones, entretenimiento y humor.
Uno de los errores que se utilizan como parte de los recursos expresivos y de humor es la errónea atribución de la novela “Madame Bovary” a Zola. Klara replica de inmediato que Zola no es el autor de la novela. Su advertencia constituye un símbolo de que ella no comparte los ideales transgresores de Emma Bovary. Por último, según palabras del propio Lubitsch, la obra está dedicada a los comerciantes y dependientes de comercio de Berlín de principios del s XX. En esta ciudad residió durante su infancia. Allí sus padres ejercieron el comercio y él trabajó como ayudante de los mismos. La figura del botones Pepi Katona tiene elementos autobiográficos (ingenuidad, suficiencia, ambición, etc.).
Las interpretaciones de Stewart y Sullavan son magníficas. También lo es la del conjunto del elenco. La música, de Werner R. Heymann (“Ser o no ser”, Lubitsch, 1942), ofrece una adecuada partitura de acompañamiento, hecha de melodías festivas, lúdicas e irónicas. Añade la melodía de la canción popular rusa “Ochi Tchormya” (Ojos oscuros). La fotografía, de William H. Daniels (“Ninotchka”, Lubitsch, 1939), creador de la imagen de Greta Garbo, desgrana una narración visual sobria, austera, equilibrada y clasicista, que pone al servicio del humor gestual del film y de la atmósfera mágica de la obra.
---
Sí, señor Matuschek
Sencillamente, una maravilla, una de esas películas entrañables que dejan al que las ve una sonrisa difícil de borrar. La historia es romántica, pero de un romanticismo divertido, a ratos incluso mordaz, que hacen que el producto resultante no sea una ñoñería cursi. James Stewart cumple a la perfección con su papel, y Margaret Sullavan, aunque quizás no la más indicada para el papel, también hace una bonita y correcta actuación de una mujer divertida y soñadora. Los secundarios están sencillamente perfectos tanto en sus actuaciones como en el papel que cumplen, reforzando la comicidad de la obra. El hecho de que la acción se desarrolle en Budapest (aunque podría ser cualquier otra ciudad de cualquier otro país, pues toda la acción se desarrolla en interiores, sin mostrar absolutamente nada de la ciudad) añade un cierto punto exótico a la película. No tengo absolutamente nada malo que decir, ninguna crítica que hacer, pues además la duración es la correcta y adecuada: una hora y media, ni más, ni menos (siempre consideré que hacer durar a una película más de dos horas es algo que sólo se puede justificar si realmente es imposible condensar todo lo que se quiere decir en una hora y media o dos, de otra manera lo único que se consigue es aburrir al espectador innecesariamente). Sólo una cosa, una minucia, una errata que no debería haberse cometido: todos los carteles y letreros que aparecen en "El bazar de las sorpresas" están en húngaro menos uno, el que anuncia la venta de las pitilleras con música, que está en inglés. Pero que todo lo malo de una película sea un simple letrero no es razón para que su puntuación baje del 10 que se merece.
---
Enredo en Matuschek.
Espléndida comedia de enredo, donde Samson Raphaelson adapta una obra del húngaro Nikolaus Laszlo para Ernst Lubitsch. Desde el principio se confirma rotundamente que la película pertenece a ese pequeño círculo de historias tocadas por un halo de poesía.
"Tienes un email" es una mala copia de "El bazar de las sorpresas"... por supuesto, la de Lubitsch es una pequeña obra maestra, amable y divertida: James Stewart, tan convincente y los demás.. brillantes secundarios, y los diálogos... deliciosos. La historia de amor es creíble y cada minuto, un gustazo, ya que no sólo la historia que se nos muestra tiene gancho, si no que cada plano y toma están labrados con sutil belleza.
De verdad, si tienen oportunidad, si tienen una tarde melancólica y necesitan un poco de ánimo, encienda su televisor, cojan su dvd y vean "El bazar de las sorpresas"... es una medicina muy eficaz.