CICLO PRE-CODE (XVI)
THE YELLOW TICKET (1931)
IMDB
Directed by
Raoul Walsh
Writer:
Michael Morton ... (play)
Jules Furthman ... (adaptation)
Guy Bolton ... (additional dialogue)
Cast:
Elissa Landi ... Marya Kalish
Lionel Barrymore ... Baron Igor Andreeff
Laurence Olivier ... Julian Rolfe
Walter Byron ... Count Nikolai
Arnold Korff ... Grandfather Kalish
Mischa Auer ... Melchior
Cinematography by
James Wong Howe
Art Direction by
William S. Darling
Film Editing by
Jack Murray
Sinopsis:
Marya Kalish, una campesina rusa de origen judío, se entera de que su pobre padre se está muriendo en San Petersburgo y decide ir a verlo; pero para ello tendrá que conseguir un salvoconducto de color amarillo que sólo se concede a las mujeres de mala reputación.
The Yellow Ticket es una rareza en la filmografía de Raoul Walsh y en el Hollywood de principios de los años 30. Es una película de aspecto y temática europeos, realizada por uno de los directores más genuinamente americanos. A priori, es un material que hubiera casado mejor con la etapa europea de Ophüls o Litvak. Estos dos últimos directores hubieran sublimado la historia a través del virtuosismo en su puesta en escena. Walsh, en cambio, se dedica a lo que sabe, a convertir un guión aparentemente flojo e insuficiente en una nueva demostración de capacidad narrativa, una característica que hizo del tuerto un genio del cine.
Hay directores a los que el paso del mudo al sonoro no les causó ningún problema. Al contrario, siguieron manteniendo las virtudes narrativas del silente, y al quitarse el cartel del medio, imprimieron aún más ritmo a sus películas. Walsh pertenece a este grupo y The Yellow Ticket es un buen ejemplo. Mientras la mayoría de directores luchaba contra el estatismo y la rigidez de las primeras películas sonoras, llenas de conservadores movimientos de cámara, Walsh ya era capaz, en el año 1931, de realizar este ejercicio de sabiduría narrativa. Con la ayuda del gran James Wong Howe, Walsh articula la película a través de excelentes composiciones y largos movimientos de cámara, pero siempre conservando su estilo invisible, sin que su trabajo interceda en la voluntad narrativa del cine.
En este sentido, es sorprendente la profundidad de campo que muestra Walsh en The Yellow Ticket, donde los personajes se muestran, en segundo plano, mirando a través de un espejo o escuchando detrás de una puerta. Incluso la banda sonora es aquí constante y dramática, algo inusual para la época, aunque demasiado altisonante para mi gusto. Por todo este trabajo de cámara y por la modernidad de la técnica cinematográfica, The Yellow Ticket es una película adelantada a su tiempo.
El argumento recuerda en algunos puntos a la ópera Tosca de Puccini. Una mujer judía (Elissa Landi) se entera de que su padre está gravemente enfermo en una cárcel del estado, pero no puede ir a verlo porque el gobierno acaba de prohibir el derecho a viajar a todos los judíos. Para poder ir a ver a su padre, se ve obligada a hacerse con un pasaporte amarillo, que es el salvoconducto destinado a las prostitutas. Lo que ella no sabe es que una vez conseguido el carnet amarillo, las mujeres quedan marcadas para siempre por la sociedad y nunca podrán huir de su condición de prostitutas.
El guión no es gran cosa, pero se beneficia de estar filmado en la etapa pre-code, con una historia que gira en torno a las prostitutas (aunque se evita mencionarlas directamente), con referencias continuas y sutiles a la condición sexual de la protagonista, y escenas de burdeles y cárceles de mujeres donde aparecen breves desnudos que parecen sacados de una película de Stroheim. La libertad con la que esta tratada la historia es muy pre-code, siempre bordeando la fina línea del mal gusto y de lo bizarro. Por lo demás, donde la película resulta más agresiva, es en su crítica hacia la Rusia zarista, demasiado maniquea para un admirador del milagroso equilibrio con el que Ophüls ejecutaba estas tramas políticas.
El plantel de actores no puede ser más sugerente. Elissa Landi saca partido, de forma inteligente, a su papel de víctima, un registro muy adecuado para ella, algo de lo que Cecil B. DeMille se daría cuenta enseguida al contratarla para su Sign of the Cross (1932), donde interpretaba a una mártir cristiana. Por su parte, Lionel Barrymore está tan bien como de costumbre, en la piel del malvado Barón Andreef, jefe de la policía zarista, que no dejará de acosar y perseguir a Elissa Landi. Su personaje está enfocado de la única manera posible: los tiranos resultan más efectivos y diabólicos desde un tratamiento bufonesco. Los peores momentos de The Yellow Ticket, esas escenas largas llenas de diálogos, donde la película se vuelve más estática, se apoyan en el talento interpretativo de Barrymore. Laurence Olivier, por su parte, ejerce aquí de periodista inglés que salva a Elissa Landi, con un look muy Ronald Coldman, algo común en los actores británicos de la época. Walter Byron, como sobrino y mano derecha de Lionel Barrymore, y Boris Karloff, en un pequeño papel de soldado que intenta agredir sexualmente a Elissa Landi, completan el espectacular plantel principal.
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