Título original: La vida de Cristóbal Colón y su descubrimiento de América / Christophe Colomb
Director: Gérard Bourgeois
Año: 1916
País: España / Francia
Guion: Charles Jean Drossner, Juan Palau Vera
Fotografía: Ramón de Baños, José María Maristany, Édouard Renault
Música: José Padilla
Director Artístico: Salvador Alarma
Intérpretes: Georges Wague, Jean Garat, Léontine Massart, Nadette Darson, Jeanne Lauriane, Donelly, Francisco Tressols, Bader, Enrique López
Duración: 101 min.
Producción: Argos P.C., Films Cinematographiques
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Argumento: Biografía de Cristóbal Colón que, con más de un millón de pesetas de presupuesto, resultó la película más cara realizada hasta entonces en territorio español.
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Datos Técnicos:
1916 - La vida de Cristóbal Colón y su descubrimiento de América (Gérard Bour... Lobo López.mkv [909.11 Mb]
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Luego de un acuerdo de coproducción con la empresa catalana Argos Films, el empresario francés Charles Jean Drossner logra finalmente su propósito de trasladar a la pantalla la vida de Cristóbal Colón. Desde el primer momento el proyecto es diseñado como una superproducción y en él no van a escatimarse gastos. Su realización es encargada a Gérard Bourgeois, un hombre procedente del teatro y autor de films como Las víctimas del alcohol, en su versión de 1911 y seriales como Nick Carter contra Nick Winter (1911).
El gobierno español ve el proyecto con muy buenos ojos y colabora poniendo a disposición de los promotores auténticos objetos de época -mobiliario, armas y trajes- que se encuentran esparcidos por distintos Museos Históricos de la península. Todo se realiza con gran minuciosidad tratando de lograr la mayor autenticidad posible, desde la construcción de las tres carabelas utilizando cascos de naves antiguas, hasta el empleo de una numerosa figuración. Con todo, el costo total del film se eleva hasta el millón de pesetas, una cantidad enormente alta para la época.
Pero en su afán de rentabilidad, la superproducción huye de cualquier elemento sorpresa y el film se concibe según los cánones más tradicionales. En esa línea se encuentran tanto la insípida revisión histórica que lleva a cabo el pedagogo Joan Palau i Vera, como la puesta en escena que imprime Bourgeois, la cual, excesivamente influenciada por el Film d'Art, resulta algo vetusta. Pese a todo, el film es pródigo en secuencias espectaculares como el desembarco en América, los combates de los españoles con los indígenas o el recibimiento en la Corte del marino genovés tras su primer regreso a España. Además, los bellos exteriores filmados en Barcelona, la sierra de Collserola, la playa de Somorrostro en Vizcaya, la playa del Rey y los palacios granadinos de La Alhambra y el Generalife, contribuyen a autentificar el gran espectáculo. Durante el rodaje, las embarcaciones -que han sido confeccionadas con una quilla demasiado corta- se balancean en exceso lo que provoca numerosos episodios de mareo entre los actores y miembros del equipo técnico.
Estrenada en el Salón Cataluña de Barcelona el 17 de mayo de 1917, el film no va a lograr el éxito esperado, pese al apoyo que la prensa especializada le dedica.
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España: escenario de la producción extranjera
Fue Alexandre Promio, el cameraman corresponsal de los hermanos Lumière, a poco de sacar éstos el tren por la pantalla blanca del Grand Café, situado en el 14 del Boulevard des Capucines en París, y pegarles a los asistentes a la proyección el mayor susto de su vida al creer que la máquina y los vagones se les echaban encima, quien con una cámara de filmar parecida reprodujo por primera vez los escenarios nacionales con el fin de mostrarlos al mundo (y a los propios españoles). A Promio le siguieron los documentalistas de las dos primeras décadas del siglo XX, cuando la pantalla era muda, para recoger sucesos políticos y, sobre todo, corridas de toros.
No era fácil entonces trasladar equipos de filmar de un lado a otro y menos hacerlos cruzar los Pirineos. Los cameraman primitivos, sin embargo, utilizaban sus relativamente “cómodas” cámaras (no muy grandes), provistos de trípodes y un celuloide que podía, ya a partir de los años diez, adquirirse en el propio país. Así que tuvo que resultar francamente complicado para el cineasta Gérard Bourgeois, en 1916, trasladarse desde París a Barcelona con todo un ejército de intérpretes y técnicos, para rodar “La vida de Cristóbal Colón y su descubrimiento de las Américas”.
Aunque dos años antes, como recuerda la investigadora María Luz Morales en su Historia Ilustrada del Séptimo Arte (Salvat Editores, Tomo 3. 1950), Louis Feuillade (el cineasta de “Fantomas”) ya había hecho el mismo camino para rodar en nuestro país varias de sus primitivas producciones, entre ellas “Les fiancés de Séville”, “Le coffret de Tolède” y “La petite Andalouse”. “Más ambiciosa –escribe Morales– y noble… aunque innegablemente prematura, fue la empresa de una “Vida de Cristóbal Colón y su descubrimiento de América”, realizada en España bajo la dirección de Charles Jean Drossner y E. Bourgeois (…). No importa repetir cómo el cine de entonces –ni acaso el de hoy– era imposible que estuviese a la altura de tema tan grandioso; que éste aún no podía concebirse sino a la manera teatral –esto es, anticinematográfica–, a copia de guardarropa, decorado, maqueta y bambalina; pese a todo ello y entre la deleznable producción de la época, “De todas cuantas obras aparecen estos años –y cita la autora a otro historiador, Juan Piqueras– resalta la visión cinematográfica del Almirante de las Indias, realizada por lo menos con una gran honradez artística y presentada con un empaque recio y austero” (“Panorama del Cine Hispánico. Nuestro Cinema nº 2. París).
“La vida de Cristóbal Colón y su descubrimiento de las Américas” es, probablemente, la primera superproducción extranjera que se rueda en España, aprovechando el paisaje, la temperatura y las facilidades que ofrecieron los ayuntamientos donde se filmó la película del francés. El historiador español Juan Antonio Cabero, en su libro Historia de la Cinematografía Española 1896-1948 (de edición propia) le dedica todo un apartado al evento con el título La vida de Cristóbal Colón y su descubrimiento de América (como se verá el título no coincide con los que dábamos antes, y esto se debe a que el primero lo hemos recogido del programa de mano que se entregó en el madrileño Cine de la Encomienda durante su estreno; parece que de las dos maneras se exhibió).
Dice Cabero lo siguiente: “En el mes de septiembre de 1916 comienza en los estudios Argós Films de Barcelona, la tarea más importante que pudieron soñar las manufacturas española: la realización del impresionante film “La vida de Cristóbal Colón y su descubrimiento de América”. Con sentimiento, hemos de confesar, que tan elevada decisión no fue iniciativa de elementos técnicos ni artísticos españoles, ni siquiera el capital era nuestro”.
“La idea nació en Francia, y de allí vino todo lo preciso: dinero, dirección, artistas…, todo menos el sueño español en la que tuvo lugar la magna epopeya, que, de poder ser, también la hubieran improvisado en otras tierras, pero ese destino estaba reservado a nuestra Patria, y aquí hubo que realizar la película, porque en aquellos tiempos levantar palacios y otros lugares de acción –que fueron los auténticos en el film– no era cosa fácil de improvisar en un estudio”.
“Así pues, la editorial francesa “Films Cinematographiques” bajo la dirección del ingeniero Charles Jean Drossner, posesionándose de los estudios recién adquiridos por don José Carreras, en el Paseo de las Camelias (de Barcelona), pone mano a la obra con todo entusiasmo, realizando su proyecto en breve espacio de tiempo. Se componía el film de un prólogo y cinco capítulos, cuyos decorados fueron realizados con toda esplendidez por el admirado escenógrafo Salvador Alarma”.
Cabero nos señala después los protagonistas y el equipo técnico, con numerosos errores de transcripción en los nombres y apellidos (los verdaderos los transcribo entre paréntesis). “Los intérpretes principales –sigue diciendo–, todos franceses, eran: Director: Emile (Gérard) Bourgeois: Cristóbal Colón, Georges Wagne (Wague); Isabel la Católica, Madame Massart (Léontine Massart); Felipa, Nadette Darson; Beatriz Enríquez, Madame Lauriane (Jeanne Lauriane); Bartolomé Colón, Monsieur Garat (Jean Garat); el padre Juan Pérez, Monsieur Donelly; Fernando el Católico, Marcel Verdier; y solamente los actores españoles Bader en Don Diego Méndez y E. López en Don Juan Soria, tuvieron un papel significativo”.
“La cinta, llevada a cabo a todo gasto, sobrepasó éste del millón de pesetas, dinero justificado ante la grandiosidad y Fausto con que fue ejecutada. La fotografía, también admirable, fue realizada por los operadores Édouard Renault y Ramón Baños, rodando alguna escena José María Maristany. ¡Tres cámaras, nada menos! Caso único en España, hasta entonces”.
“Ya la prueba, que tuvo lugar el 17 de mayo de 1917 en el Salón Cataluña de la Ciudad Condal, ante las principales autoridades de la capital y seleccionado público, constituyó un acontecimiento memorable jamás conocido en el cinema, y la empresa que ya estaba convencida de antemano, obsequió a los asistentes con un banquete como recuerdo de tan feliz fecha. Fue adquirida la película por don Eduardo Gurt, gerente después de Artistas Asociados, y su estreno en Madrid tuvo lugar en el Teatro de la Zarzuela, el 12 de octubre de 1917, día de la Raza, para más feliz recordación también, porque su éxito en la capital de España –concluye Cabero– fue de los que hicieron época”.
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“Christophe Colomb” fue una primeriza coproducción silente Hispano-Francesa ( los afrancesados dirigieron el filme, Herr Emile Bourgueois, interpretaron los principales personajes y escribieron la historia, dejando para los hispanos el resto, esto es, el trabajo sucio ); el filme narra la arriesgada vida de Cristóbal Colón, un navegante italiano que se jactaba de haber descubierto Amerika, ese exótico y lejano continente, cuando todo el mundo sabe que cuando ese Herr llegó allí ya había mucha gente de diferentes culturas y terribles hábitos alimenticios ( patatas, tabaco, café ) además de horribles costumbres ( practicar jogging, votar a los Republicanos ), hábitos éstos que desafortunadamente fueron muy pronto exportados al viejo continente.
Esta producción silente fue muy cara para la época y el presupuesto fue alegremente gastado, pudiendo ser éste contemplado en la pantalla en forma de una cuidadosa y especial dirección artística ( meticulosas escenas de la Corte hispana y sus peripecias por escenarios históricos rodeados de un montón de extras… no importado la fidelidad histórica pues después de todo esto es un filme de ficción ), distribuido en un prólogo y cinco episodios que abarcan diferentes periodos de la vida del navegante italiano, desde su infancia, sus relaciones financieras con los reyes de Castilla, hasta las injusticias que sufrió hasta su muerte.
El más importante aspecto de este filme es que a pesar de ser un filme pretendidamente biográfico, no es una obra hagiográfica; muestra los sueños, contradicciones y dudas de tan importante personaje histórico, interpretado éste por el histriónico actor francés George Wague, que hace lo que puede lo cual no es mucho para éste Conde germánico, como su primitiva dirección, incluyendo algunos efectos especiales y la necesidad de algún que otro movimiento más de cámara.
Y ahora si me lo permiten les tengo que dejar momentáneamente, pues este Conde germánico tiene que descubrir el ignoto y peligroso mundo que se halla más allá del Schloss.
Herr Graf Ferdinand Von Galitzien