loperena escribió: ↑04 Nov 2021 20:09
KinoGlaz (Cine-Ojo) escribió: ↑04 Nov 2021 18:42
Es decir, por un lado, nos hace cómplices porque desde nuestra privilegiada posición de espectador contemplamos cómo los entrevistados, incurriendo constantemente en el
sesgo de confirmación, propugnan versiones incompatibles entre sí con
total convencimiento (en el mejor de los casos, sólo una es cierta), pero, a su vez, nos interpela ya que lo expuesto es fácilmente extrapolable a la sociedad, y, ahí sí, ya no disponemos de una posición privilegiada.
Pensar que ahí, en la historia de todas esas personas que creyeron conocer a alguien que dijo ser Cooper, puede estar trabajando un sesgo, es una posibilidad. Un sesgo es un proceso inconsciente y, por tanto, relativamente inocente. Ahí es donde creo que el documental cojea, en postular de entrada la inocencia de los testigos. O en no querer entrar en ese tema. Algo también extrapolable a nosotros, que quizás tampoco somos tan inocentes.
En mi humilde opinión, yo creo que el cine documental está más cercano al de ficción de lo que habitualmente creemos (¡sí, justo lo digo yo con mi nick y avatar!
). A veces, impera la prioridad de ordenar los distintos elementos para expresar un punto de vista concreto con arreglo a la premisa que afanarse en una exposición rigurosa. Depende del documental y del documentalista, claro. Por eso, en este caso (no siempre lo hago), concedo ciertas licencias.
Es similar al cine biográfico. Si la película es descriptiva, exigiré rigor histórico; pero si es de carácter simbólico, concederé ciertas licencias narrativas en pos de la expresión de vista del autor, porque en tal caso, no importa tanto el personaje histórico como tal sino lo que se expresa a través de él (se puede matizar mucho al respecto, pero no me extenderé). Lo mismo pasa con el cine documental.
De todas maneras, yo creo en la veracidad de los entrevistados (menos en la mujer rubia que es entrevistada en la televisión, no recuerdo como se llama). Creo que están convencidos, sencillamente porque lo necesitan. Y ahí es donde no coincido con usted en relacionar el
sesgo de confirmación con la inocencia ya que yo creo que, en todo caso, es al revés. Normalmente el
sesgo de confirmación obedece a una necesidad emocional de auto-engaño (rara vez se trata de un déficit intelectivo) en el que la persona se sugestiona a sí misma para procurarse determinadas satisfacciones y beneficios personales que no son, precisamente, la estricta búsqueda de la verdad (ardua; usualmente dolorosa; exigente; indefinida; etc.).
Creo que el documental, en ese sentido, está bien logrado, porque transmite esa veracidad. Al menos, a mí me la transmitió.
Por otro lado, la reconstrucción de falsas memorias también es un proceso inconsciente…
Para finalizar, no se me escapa la alusión que usted hace al cinismo, pero, como comprenderá, se llegó a un punto en el que tampoco se puede exigir lucidez a los cínicos