Para nada, creo que tu relato es muy oportuno. Para mí es clarísimo que los espectadores han cambiado. El asunto es cómo analizar ese cambio en los espectadores, porque, en mi opinión, las personas no cambian espontáneamente, sino como producto de una serie de transformaciones culturales en las que se ven envueltas. Dicho de otra manera, en la encrucijada "industria vs espectador", no tengo dudas de que es el rumbo que toma la industria el que produce modificaciones en el espectador, y no a la inversa. El espectador no tiene poder para producirfifole escribió:Puede que también en todo ello haya influído los cambios en cuanto al propio espectador y los hábitos de ese nuevo espectador (...)A lo mejor todo este relato no tenga nada que vez con el enunciado del post, pero creo que puede ser más clarificador que las palabras de Allen.
Lo de los celulares (móviles) es una maldición. Aquí pasa exactamente lo mismo, no sólo con los jóvenes. Las personas parece haber perdido la capacidad de concentrarse en una sola actividad. Hoy todo el mundo es "multitasking".
Coincido. Yo creo que esa ruptura la produjo la propia industria. No me parece que haya sido decisión de los directores abrazar un cine artístico separado de lo comercial. Sencillamente no se pudo seguir haciendo un cine adulto dentro de la industria. A eso me refería antes cuando mencioné que en los setentas las películas de Pakula, Mazursky o Ashby no eran marginales. Se estrenaban en salas y era el cine que iba a ver la gente el sábado por la noche. Simplemente, por razones de macro ganancias, la industria dejó de financiar ese tipo de producciones, y eso dio origen a una corriente de cine independiente que, coincido contigo, a veces se cierra mucho sobre sí mismo en sus propuestas. Pero creo que ese ceñirse a la distinción (cine arte) responde sobre todo a una necesidad de supervivencia. Yo no he escuchado nunca a un director decir que él prefiere que sus películas no tengan éxito comercial.PREACHER escribió:Es precisamente la ruptura entre cine artístico y cine comercial lo que nos ha llevado al cine que tenemos ahora, como para encima insistir en que son irreconciliables.