El caso es que hace unos meses a raiz de los subtis que elaboré para The fixer (Frankenheimer, 1968, guión de Trumbo) estuve pensando en él y llegué a una conclusión. Es algo en lo que no había caído y que en la citada peli (tal vez no de las mejores de Frankenheimer, pero no por ello un desdeñable film) resulta reveladoramente paradigmático de Trumbo y su manera de enfocar la vida: su no claudicación a la falta de libertad. Poco a poco empezé a pensar. Espartaco (1960), Papillón (1973)... Incluso Lonely are the brave (1962). Se puede decir que sus pelis son un reflejo de su vida personal, del infierno que atravesó por no plegarse a la voluntad de los inquisidores de McCarthy. La guerra fría penetró en Hollywood y el mazazo fue letal. Pero este tipo no se bajó los pantalones. No sé, pero me recordó mucho a Alan Bates en The fixer. Te pueden arrebatar la vida, pero no tu sentido de la libertad.
Chin chin Mr Trumbo
