Nullo (Giuliano Gemma) y Carmella (Stefania Sandrelli) se conocen en la fábrica milanesa en donde trabajan y pronto se enamoran rápidamente. Nullo es oriundo de Milán y creció cómodamente, mientras que Carmella se mudó recientemente allí desde Sicilia, donde creció en la pobreza con la esperanza de encontrar en Milán un nuevo comienzo y la prosperidad que no tuvo en su juventud. A medida que los dos se enamoran, pronto se dan cuenta de sus diferencias. Nullo es un completo ateo, mientras que Carmella es una católica romana verdadera, que se niega a vivir su vida de otra manera que aquella en la que fue criada y que ella cree correcta.
La banda sonora de Carlo Rustichelli destaca musicalmente esta tragedia urbana (lamentablemente siempre actual) a través de dos temas principales retomados con variaciones orquestales: "Crimen de amor", un motivo folklórico basado en la triste balada “A curuna” (La Corona) de Otello Profazio y que representa muy bien el escenario popular de la historia y “Tema de Carmela”, un motivo nostálgico, suspendido, algo misterioso para cuerdas, piano eléctrico y maderas compuesto para el infortunado personaje femenino.