IMDb
Romance. (1999)
Género: Drama / Adultos
Nacionalidad: Francia
Director: Catherine Breillat
Actores:
Caroline Ducey
Sagamore Stévenin
François Berléand
Rocco Siffredi
Reza Habouhossein
Ashley Wanninger
Emma Colberti
Fabien de Jomaron
Carla
Pierre Maufront
Antoine Amador
Roman Rouzier
Oliver Buchette
Emmanuelle N'Guyen
Nadia Latoui
Productor: Jean-François Lepetit
Guión: Catherine Breillat
Fotografía: Yorgos Arvanitis
Música:
Stéphane Ackermann
George Clinton
Carolyn Donovan
Bruno Kamm
Jonathan Lesane
Sean Spencer
Raphaël Tidas
DJ Valentin
La preocupación central de la obra de Catherine Breillat es la sexualidad de la mujer. (...) Sus película caminan por una fine línea entre el exhibicionismo y la introspección. En palabras de Breillat: "Asumo la sexualidad como sujeto, no como un objeto"
Por supuesto, esta formulación es sólo parcialmente cierta. Sus películas se ocupan exclusivamente de la comprensión por parte de la mujer de su propia sexualidad. La representación de esta conciencia incluye una gran variedad de temas, entre ellos la obsesión adolescente con la pérdida de la virginidad, en películas como Une vraie jeune fille y 36 Fillette; la (posiblemente) masoquista relación de una mujer con el sexo en Romance; y el abismo aparentemente imposible de franquear entre una mujer madura y un hombre más joven en Parfait amour y Brève traversée. Además, las películas son sexualmente explícitas, contrariamente a la afirmación de Breillat, el sexo es un objeto así como un sujeto en sus películas. Los actos sexuales que se despliegan en las películas de Breillat no sólo son explícitos, a menudo no son simulados, una característica de sus películas de ha contribuido a su reputación internacional como auteur porno. Para Breillat, mostrar visualmente el sexo es inseparable de la representación de la conciencia de su personaje femenino. La representación del sexo es también central en el desarrollo de su estilo visual, de una innovación que en general ha pasado desapercibida en el cine contemporáneo. Aquí reside tanto el desafío como la controversia de su obra.
La preocupación de Catherine Breillat por la representación de la sexualidad femenina comenzó muy pronto en su carrera artística. Breillat empezó como escritora y publicó su primera novela L'Homme facile, cuando sólo tenía diecisiete años. Irónicamente, el libro fue prohibido para lectores menores de dieciocho en Francia por su contenido sexual explícito y transgresor, siendo éste el principio de la relación de Breillat con la controversia. Breillat se ganó una reputación como la Sade femenina, la nueva Bataille. Con posterioridad ha publicado siente novelas y una obra de teatro, la mayoría de la cuales ha adaptado ella misma al cine.
La transición a la dirección cinematográfica se produjo en 1975, con una adaptación de su cuarta novela, Le Soupirail, rebautizada como Une vraie jeune fille. Entre novelista y cineasta hubo un breve, pero sin duda influyente, período en el que fue actriz. En 1972 Breillat apareció en El último tango en París, interpretando a un personaje llamado Mouchette. (...)
La primera película de Breillat no vio la luz hasta veinticinco años más tarde, se estrenó en Francia en 2000. Une vraie jeune fille fue archivada por los productores por, de nuevo, su mirada transgresora sobre el despertar sexual de una adolescente. No es difícil ver por qué. Une vraie jeune fille es una película incómoda. Representa el lado más Bataille de Breillat, que mezcla libremente imágenes abstractas de los genitales femeninos, lodo y roedores en una, por otra parte, descripción realista del despertar sexual de una chica. (...)
La dificultad de la obra de Breillat, es decir, su negativa frontal a hacer imágenes eróticas convencionales o películas que no traten de sexo le ha llevado a millones de problemas con la censura. Su segunda película Tapage nocturne, que también detalla los anhelos sexuales de una joven y era una adaptación de su novela epónima, también se encontró con la censura. La película se estrenó, pero fue calificada para mayores de dieciocho. Pero sería en el estreno de Romance, en 1999, cuando Breillat se enfrentó a la censura internacional, cuando la película fue prohibida en varios países o estrenada con calificación X. Breillat declaró al respecto que "la censura era una preocupación masculina y que el certificado X estaba ligado al cromosoma X" (...) Romance y el discurso sobre la pornografía que se suscitó mundialmente a resultas de su estreno, refleja mejor que nada el interés de su obra. (...)
Breillat nos expone encuentros sexuales, a menudo encuentros volátiles, pero no nos dice qué tenemos que pensar sobre ellos. No juzga a sus personajes, o sus deseos. Pero eso no quiere decir, sin embargo, que las imágenes y los personajes de Breillat carezcan de consideraciones morales, sino más bien que la opacidad de sus personajes, de la caracterización material de la obscenidad llenan de sentido las películas. Por ejemplo en À ma soeur!, Breillat nos cuenta las historia de la rivalidad de dos hermanas adolescentes. Una, Elena, tiene quince años, es delgada y atractiva. Anaïs tiene doce, está gorda y soporta la hostilidad de Elena. Á ma soeur termina con una escena en la que las hermana y su madre conducen por la autopista. Un hombre sale de la oscuridad, mata a Elena y a su madre, lleva a Anaïs al bosque y la viola (...) Al negarse a emplear los signos codificados de la desgracia, Breillat nos pide que veamos la violación desde la perspectiva de Anaïs. Anaïs no quiere verlo como una violación, sino como una experiencia sexual. Pero esto no disculpa la violación. Al contrario, con esta ambigüedad, Breillat nos regala un retrato complicado de la psicología de una chica. Se puede juzgar la escena como se quiera, sentirse triste o disgustado, incluso condenar a Breillat como autora, pero nuestra condena erraría. No hay dudas de que se trata de una violación, la cuestión es por qué la chica quiere verlo de otra forma. Y nuestra respuesta a eso no puede ser una fácil afirmación moral.
Esta resistencia a simplificar la comprensión de los personajes es la clave de las películas de Breillat. Todas son esfuerzos para representar la conciencia de los personajes femeninos en términos extremadamente complejos. (...)
"En mi cine no hay psicología masculina. Sólo los sentimientos y los deseos de las mujeres. Un hombre no debe tratar de reconocerse en los personajes masculinos. Por otra parte, puede buscar conocer mejor a las mujeres. El conocimiento del otro es la mayor ambición".
Ésa es una de las grandes virtudes de la obra de Breillat y el rasgo que la hace tan importante para los hombres como lo es para las mujeres. Al negarse a representar la psicología masculina de manera significativa, Breillat no sólo se niega a reforzar los patrones convencionales de identificación, sino que pide a los hombres que aprendan algo sobre las mujeres. Sin embargo, las innovaciones de Breillat no se limitan a cuestiones de identificación y patología de los personajes. Una de las consecuencias desafortunadas de la reputación de Breillat como autora de porno es que ha relegado el hecho mucho más interesante de su compromiso con la historia del cine moderno. Breillat es una figura central en la cultura cinematográfica europea. Además de su aparición en la películas de Bertolucci, ha escrito guiones para directores como Maurice Pialat (Police, 1985), Federico Fellini (E la nave va, 1983), Liliana Cavani (La piel, 1981) y muchos otros. Del mismo modo, sus películas se interesan por la remodelación de los géneros, una característica del cine europeo moderno, como en su intento policiaco Sale comme une ange.
Las películas de Breillat se caracterizan por un alto grado de reflexividad, que también señala su deuda con el modernismo europeo. Esta tendencia reflexiva de su obra se enfrenta a menudo con la dimensión realista de su manera de filmar con consecuencias interesantes. Por ejemplo, Parfait amour empieza como material documental que representa al protagonista masculino que, finalmente matará a su antigua novia y reconstruirá el crimen ante la policía. La película entonces comienza a contar la historia de esa relación en un estilo realista. En su película más reciente, Sex Is Comedy, Breillat nos ofrece una meditación reflexiva en la fabricación de pornografía. La reflexividad de sus películas puede ser frustrante y, personalmente, prefiero películas como 36 Fillette en la que la reflexividad está ausente. En cualquier caso, la tendencia de Breillat a interrumpir su narración es parte de una preocupación más amplia en analizar no sólo las convenciones cinematográficas que ella intenta negar, sino también las que emplea. En otras palabras, desconfía del realismo como estrategia aunque es su modo favorito de representación. (...)
La obra de Breillat es sin duda la obra de una autora. Su etiqueta como autora de porno dice bastante. En primer lugar, la aparta de los cenáculos en los que sus semejantes masculinos son adorados. Pero negar la importancia de la obra de Breillat relegándola a una esfera ajena al arte, sería pedir que el arte confirmara nuestra forma de pensar en lugar de desafiarla. Y esto es, supongo lo que Breillat pensaba cuando le dijo a un entrevistador: "No tengo demasiado en cuenta al público". La cuestión es, en otras palabras, no satisfacer expectaciones sino confundirlas. Y así pueden emerger nuevas ideas, nuevas formas de ver.
Brian Price, Senses of Cinema, noviembre 2002.
Los chinos de Verycd venden la version como la director's cult.
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romance.xvid.qix.aviSobre el subpack es imposible extraer los subs en español porque se solapan 294 tiempos, además de perderse unas 10 líneas.
En el ordenador se pueden ver simplemente dando el mismo nombre al avi, sub y al idx.
romance.xvid.qix.idx romance.xvid.qix.sub
Si hubiera sido dirigida por un hombre yo no le daría una oportunidad pero al ser una mujer espero esa visión más sucia sobre la sexualidad femenina que suelo percibir en los films de mujeres.
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