Foto y texto sacado del weblog de Joan Navarro, que dirigió
la revista Cairo en su primera etapa, del número 1 al 30 (1981-1984). Esta etapa fue la más coherente en cuanto a su adhesión a la "línea clara" pero las bajas ventas obligaron a la revista a cambios en la dirección y a incorporar a dibujantes que no estaban necesariamente adscritos a esta manera de entender el cómic.
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Más información:
http://carnabys.blogspot.com/2007/06/se ... on-de.htmlQué fue aquello de "la línea clara" y por qué a cualquier español aficionado al cómic mayor de treintaytantos se le hincha la vena cada vez que oye "Tintin" o "Hergé" -se le hincha a favor o en contra de los susodichos-. Para explicar el tema,
JAVIER COMA en un artículo de 1987 publicado en el capítulo 16 de unos
coleccionables sobre cómic que publicó el diario EL PAÍS:
EN LÍNEA CLARA
La moda hispánica de la
línea clara nació con el culto a la célebre obra
Tintín, del belga Hergé, y se plasmó no sólo en aspectos gráficos (hegemonía del silueteado, escaso interés por sombras y volúmenes, potenciación del ángulo, renacimiento del trazo caricaturesco, etcétera), sino también en tratamientos narrativos con cierta vinculación a los álbumes de historietas francófonas para el mercado infantil y juvenil. Por supuesto, existía paralelamente la herencia de tebeos españoles donde algunos dibujantes habían recurrido a orientaciones estéticas similares.
En cierto sector del mundillo de nuestros
comics, la tendencia de la
línea clara fue considerada como una corriente vanguardista, y durante un tiempo la revista
Cairo abanderó el movimiento correspondiente, que estaba acompañado de una continua reivindicación de Hergé y su
Tintín. El tema traspasó los límites del campo de los
comics cuando, con motivo de una exposición en homenaje a Hergé (organizada por la barcelonesa Fundación Miró en el otoño del año 1984), estalló una polémica entre los apasionados amantes de la
línea clara y quienes no estaban muy convencidos de sus resultados artísticos; el detonante fue un manifiesto en contra de la oportunidad de la citada exposición, firmado por diversos intelectuales y por destacados dibujantes de
comics: Jordi Bernet, Jesús Blasco, Fernando Fernández, Antonio Hernández Palacios y Enric Sió.
La consecuencia más importante de la comentada moda fue el ascenso de
Daniel Torres -un joven guionista-dibujante valenciano- al primer plano de la historieta española. Conjugador de la influencia de Hergé con otras de raíz mayoritariamente norteamericana, Torres halló muy pronto un estilo personal y un mundo propio, basados tanto en la asimilación de múltiples fragmentos de la cultura visual contemporánea como en la exquisitez de trazo y en la vitalidad para fabular aventuras con irónica frescura. Tras adquirir cierto renombre en las páginas de
El Víbora, inició en
Cairo, a finales de 1982, su serie
Las aventuras de Roco Vargas, una ópera espacial de dilatado desarrollo y cauce humorístico que ha conseguido amplia difusión más allá de nuestras fronteras.
Página de George McManus. ORIGEN REMOTO. La historia de la
línea clara, de todas formas, arranca de tiempos lejanos. Su origen se sitúa en la obra caricaturesca, para los periódicos, del dibujante norteamericano
George McManus, que realizó su serie principal,
Bringing up father (
Educando a papá), desde 1912 hasta su muerte, en 1954. Hergé le reconoció una y otra vez como su maestro gráfico, y la propagación moderna del estilo de
línea clara debió mucho a un dibujante holandés,
Joost Swarte, que prestaba simultánea admiración a Hergé y a McManus. La influencia de McManus se había perdido ya en la oleada de imitadores de Hergé que surgió, a partir de los años setenta, en los
comics francófonos, y prácticamente no ha existido en el movimiento español que derivó de la misma. Pese a que los más conocidos representantes de la
línea clara hispánica pertenecían, en el inicio de los años ochenta, a una nueva generación de dibujantes, quien sentó las primeras bases de tal corriente en nuestros lares fue un alicantino nacido en 1942,
Miguel Calatayud, reconocido definitivamente como el padre fundador de la llamada
escuela valenciana, donde surgió Daniel Torres junto con otros creyentes fervorosos en la estética de
Tintín.
ÉXITO DE TINTÍN. Auténtico héroe nacional en Francia y Bélgica, el juvenil personaje de Hergé ha suscitado una fervorosa veneración pública, a la que se han adherido algunos intelectuales galos, y con un espectacular éxito de ventas internacional.
Tintín data de enero de 1929, pero la
tintinología es un fenómeno reciente, a lomos de la posmodernidad, y ha cuajado en España durante los años ochenta con singular fuerza. También es verdad que en este país los libros de
Tintín han circulado profusamente a lo largo de las últimas décadas y han nutrido la memoria nostálgica de generaciones cuya infancia quedó embebida de las aventuras del adolescente periodista belga. Por otra parte, la casi nula presencia de los mejores
comics de la Prensa norteamericana en el mercado español después de la guerra civil ha ocasionado popularidades y gustos estéticos muy peculiares en lo que se refiere a la narrativa dibujada. Ésta es aquí la línea, emanada de un orden.
JAVIER COMA
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